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sábado, 8 de mayo de 2010

Moonlight Capitulo 19

Capítulo 19

Giselle estaba muy nerviosa y preocupada, aún no había recibido noticias de Valiant y empezaba a impacientarse. Estuvo casi todo el día intentando entretenerse con algo para no pensar en qué podría estar pasando, pero una punzada intermitente en su corazón le decía que algo andaba mal. Sentía un nudo apretado en él que no quería soltarse así como así. Había limpiado toda la casa de arriba abajo, los cristales reflejaban su imagen casi como si fuesen un espejo, los azulejos de la cocina no podrían soportar una pasada más con el paño sin miedo a desgastarse completamente, cambió varios muebles de sitio buscando un nuevo enfoque en el mobiliario del salón para luego terminar poniéndolos de nuevo donde estaban, hasta había cosido unas cuantas prendas que necesitaban un arreglo desde hace mucho tiempo. ¡Con lo poco que le gustaba a ella coser….!
Lo último que había estado haciendo fue colocar un lienzo nuevo en el caballete y trató de pintar. Después de media hora el lienzo seguía en blanco. Tomó un respiro hondo y decidió salir a por arcilla para modelar, quizás sería mejor hacer una vasija que una pintura para como estaban sus nervios.


Salió hacia la tienda donde solía comprar sus artículos de arte y volvió enseguida. Por suerte no se había tropezado con Leo, ahora mismo no necesitaba una sesión completa de interrogatorio sobre Valiant. Había estado esquivando a Leo por ese motivo. Leo estaba encaprichado con ella y cuando fueron a la exposición le notó cómo se mordía el labio tratando de buscar un instante en que ellos estuviesen solos para saber quién era su rival. Leo nunca podría ser rival de Valiant, ella lo veía como un hermano simplemente y nunca podría tener otros sentimientos hacia él.


Volvió rápidamente a casa, se puso la bata gris que siempre usaba para no mancharse y comenzó a trabajar en la arcilla. Al principio su intención era la de hacer un par de vasijas, pero al poner sus dedos en aquel barro, ellos fueron trabajando solos. Lo que al principio era una pelota de color marrón grisáceo se fue transformando poco a poco en algo más grande y abultado, lleno de muchas líneas y huecos. Estaba ensimismada, pensando otra vez en su amado y prestando poca atención en lo que hacía.
Miró angustiada el reloj, eran ya las siete de la tarde. Tanto empeño había puesto en distraerse que ni siquiera se había acordado de parar a comer y el estómago le gruñó como si hubiese visto la hora. Se levantó hacia el aseo para limpiarse bien las manos y la cara después de quitarse la bata y cuando se giró estaba impresionada. Lo que había esculpido era un busto de Valiant con un parecido impresionante, sus labios estaban entreabiertos con una sonrisa y su larga melena parecía estar ondeando por un ligero viento. La imagen que había usado su inconsciente era una de cuando habían estado en la playa. Era del primer día allí, cuando los dos muchachos se habían asomado hacia el acantilado que daba a la pequeña playa privada. Valiant se giró hacia ella nada más contemplar la arena y el mar, estaba sonriendo muy feliz y le dijo que era la primera vez que veía el mar. El viento estaba acariciando suavemente su rostro mientras él tenía esa maravillosa sonrisa hacia ella, todo masculino y bello, y supo que esa imagen no la olvidaría en su vida.
Giselle alargó la mano hacia el busto con unos dedos temblorosos, pero se detuvo a tiempo antes de posarlos y estropear la húmeda escultura. Fue hasta el horno y lo encendió con la intención de secarlo antes de llorar por ansiedad.


El timbre de la puerta sonó y acudió rápidamente, necesitaba salir de allí en tanto el horno cogía temperatura para recuperar su cordura. Era April, traía una tarta de moras casera en una mano. Estaba vestida con un ligero vestido verde de gasa muy vaporoso que dejaba insinuar su cuerpo con los movimientos que hacía al andar. Su cara estaba perfectamente maquillada en tonos verdosos en los párpados y con los labios en un tono teja que hacían juego con su pelo. Le dedicó una pequeña sonrisa a Giselle, pero su amiga la conocía demasiado bien para saber que era sólo una máscara para ocultar una preocupación. Siempre que algo le intrigaba y trataba de disimularlo, sus labios se torcían en una sonrisa tensa, casi como una mueca estridente que poco a poco estiraba sus labios hasta dejarlos en línea recta.


-¿Tú también tienes esa sensación de que algo anda mal?- para qué ir por las ramas, mejor dejar salir la tensión de una vez.


-Entonces no soy la única que lo percibe. Llevo todo el día cocinando en casa para poder distraerme. He hecho tantos asados y dulces que mi casa parecía más un expositor de comida en una feria que un hogar. Al final he llevado casi todo a las monjas que llevan el comedor social para que lo repartan entre los indigentes.- April depositó la tarta de moras encima de la mesa de la cocina y se giró hacia Giselle con esa sonrisa nerviosa que había tenido al entrar- Si no salía pronto de casa iba a explotar llorando.


Giselle se acercó al frigorífico para coger leche y tomarla con la tarta, le puso otro vaso a April y se sentaron a la mesa.


-Es algo malo, de eso estoy segura.- pegó un pequeño mordisco a su porción y mascó con ansiedad- Los chicos deberían haber vuelto ya con noticias y el estar aquí sin saber me está matando.


El timbre del horno avisó de que ya estaba lo suficientemente caliente como para usarlo y las dos se fueron hasta la habitación donde estaba. April se quedó parada al ver el busto de Valiant.


-No me preguntes cómo lo he hecho, ni siquiera lo sé yo. Iba a hacer una vasija para distraerme y me salió el busto.


-Pues si no fuese porque tiene el color habitual de la arcilla, casi diría que es él. Es exactamente igual.


Giselle lo cogió con cuidado de la base y lo metió a hornear- Necesito saber algo ya, ¡me estoy volviendo una paranoica!


-Pues yo no me quedo aquí con los brazos cruzados.


-¿Qué quieres decir?- preguntó intrigada.


-Digo que vamos a ir a buscarlos al bosque. Según tú me explicaste el portal debería estar aún abierto esta noche. Vamos a coger unas cuantas provisiones y esta noche iremos.


Giselle estaba sorprendida de la actitud de April, así que sólo asintió. Normalmente ella no se metía en enredos. Si aparecía un problema, pasaba y se dedicaba a otra cosa. Eso lo puedes hacer cuando tienes mucho dinero y muchos chicos alrededor.


-Me parece a mí que Savage es el único que ha conseguido calar hondo en ti. Nunca te has preocupado de ningún chico hasta ahora, si algo iba mal lo cambiabas por otro.


-No te voy a mentir, Savage lo es todo para mí como Valiant lo es para ti, así que vamos a ir a ayudarles sea lo que sea que esté pasando.

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