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jueves, 25 de febrero de 2010

Moonlight Capitulo 5

Capitulo 5

Caminaron por el bosque durante un par de kilómetros hasta que llegaron a una carretera que parecía llevar hacia las luces que habían divisado antes.
-Este camino es muy raro, no es de tierra, es de un material oscuro muy duro.
Valiant estaba agachado examinando el asfalto cuando de un salto se metió entre unos matorrales junto a Savage, había escuchado un ruido desconocido y divisaron un par de luces a lo lejos. Al cabo de un minuto las luces estaban cerca y vieron pasar una extraña maquinaria con música estruendosa y gente dentro de ella cantando alocadamente.
-¡Que demonios…! ¿Qué era eso?
-No se. Era como nuestros carruajes, porque transportaba personas, pero no había caballos tirando de él. Y salía música muy ruidosa, pero tampoco había orquesta. Será brujería o que se yo…
-Pues a mi me parece que hemos salido de un sitio donde teníamos la mierda casi llegando a nuestro cuello para caer en uno desconocido donde no sabemos nada de cómo es y la mierda puede llegarnos más arriba.
-No seas tan negativo Savage. Busquemos un lugar donde dormir, hace frío por culpa del aire cortante.
Estuvieron deambulando una hora más en su forma de lobo para que el pelaje de su piel los abrigara hasta que llegaron a una casa en las afueras de la ciudad. Traspasaron la verja que la delimitaba, olfateándolo todo por si hubiese peligro.
Encontraron un viejo perro metido en su caseta que levantó la cabeza cuando notó la presencia de ellos. Les lanzó un gruñido a modo de advertencia y ellos le enviaron imágenes tranquilizadoras para que no ladrase. Las imágenes eran de ellos acariciándolo amablemente, dándole juego…etc. Surtió efecto, el perro volvió a tumbarse como si nada para retomar su sueño.
Caminaron hasta la parte trasera de la casa donde consiguieron entrar por una ventana que no estaba cerrada del todo.
Estaban en la cocina. Olfatearon el aire en busca de personas y respiraron aliviados cuando no encontraron nada. Aunque estuviese oscuro (gracias a su visión de lobo más aguda que la humana) podían distinguir perfectamente la distribución de los muebles. Era bastante grande, con muebles antiguos en madera envejecida que estaban en buen estado a excepción de las puertas del fregadero que amenazaban con descolgarse del todo.
Una gran mesa en el centro con un frutero lleno de la más rica fruta llamó la atención de Savage que fue directo a por un enorme melocotón, cambiando a humano para comerlo a gusto.
Valiant cambió también su aspecto para escudriñar por los armarios. No encontró nada más que platos, vasos y aparatos extraños para él (batidora, licuadora, cafetera…), hasta que llegó a una puerta blanca que al abrirla le hizo sorprenderse. Metió la mano y notó que dentro hacía frío. Cogió un envase plástico y lo abrió. Le llegó un estupendo olor a carne asada con verduras.
El estomago rugió por el hambre, aunque controlaba bien sus metamorfosis de humano a lobo y viceversa, cada vez que cambiaba muy seguido sentía un hambre atroz.
Cogió un tenedor que había visto en un cajón dispuesto a acabar con la agonía de ese asado que pedía agritos ser comido y se sentó a comer. Tuviese mucha hambre o no, se dispuso a comer educadamente, no como un salvaje.
Savage observó lo que Valiant comía y fue directo al frigorífico buscando algo parecido. Encontró otro plato suculento, macarrones con carne y queso, e imitó a Valiant.
Saciado el hambre, los dos estaban notando el cansancio que habían acumulado y siguieron buscando por la casa para encontrar un buen sitio para dormir. Lo encontraron en los sofás del salón. Eran grandes aunque no lo suficiente para sus grandes y largos cuerpos. Después de quince minutos buscando posturas cómodas desistieron, la espalda los iba a matar de dolor y siguieron buscando. Al final subieron las escaleras para por fin encontrar una buena cama.
Savage se tumbó dejando sitio a su compañero. Cerraron sus ojos dispuestos a descansar todo lo que pudiesen. Después de un par de minutos Savage se movió un poco ajustándose en el colchón y rozó levemente el culo de Valiant que dio un respingo sentándose en la cama.
Los dos se miraron mutuamente y estallaron en risas. Cualquiera que los viese allí desnudos en la cama podría pensar cualquier cosa.
-¡Eh Savage! Sin mariconadas... ¿vale?
-Lo mismo te digo. Me he rozado sin querer- más risitas.
Al final optaron por poner un cojín entre ellos mientras bromeaban y por fin se durmieron.


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-Bueno Giselle, cuéntame, ¿que vas a hacer ahora que has terminado con la exposición?- April estaba ansiosa porque su amiga le dijese de acompañarla a su casa en la playa. Llevaban una semana sin verse y tenían mucho que contarse.
-Pues la verdad no lo he pensado mucho. No se si tomarme unos días libres o comenzar a pintar. Ben me ha dicho que la galería ha conseguido vender muchas de mis obras esta vez. Eso me da un respiro económico pero no me puedo confiar.
-Tus cuadros son buenos y conseguí que Leo exponga los que hayan quedado en su tienda.
-Tu hermano es un sol. Siempre apoyándome como sea posible.
-Ya sabes lo que el siente por ti. Deberías dejar esa mojigatería tuya y darle una oportunidad. Esa novia que tuvo siempre fardaba con sus amigas de lo buen amante que era en la cama.- estacionó frente a la casa de Giselle en una frenada ultracorta que casi manda a su amiga frente al cristal delantero del coche.
Giselle se incorporó para enfrentar a April.
-Siempre estás pensando en lo mismo…-alzó sus manos- ¡sexo, sexo, sexo…! Estoy empezando a verte como una ninfómana.
-Pero soy tu ninfómana favorita ¿no? Además, Leo te quiere, lo del sexo es secundario, solo quería hacerte rabiar. Esa cosa tuya desde lo de Connor te está impidiendo disfrutar la vida.
Giselle había bajado del flamante Mercedes de April para coger su maleta y se asomó a la ventana del coche para despedirse.
-No me recuerdes a Connor, todavía estoy superándolo. Déjame descansar del viaje un poco y te llamo para quedar. Espero que no se te haya olvidado dar de comer a Foxy.
-Tranquila, tu viejo perrito ha sido mimado por mis manos y te he dejado macarrones y carne asada en el frigorífico para que no tengas que hacer de comer hoy y puedas descansar. Yo he quedado con un chicarrón que está de morirse de bueno que está y me queda una hora para verlo. Tengo que correr si quiero llegar a tiempo y lucir bien en el almuerzo.
Giselle rodó sus ojos indicándole que no tenía remedio mientras April reía maliciosa. Después de darle las gracias y despedirse se fue hasta el patio trasero para acariciar a su perro e indicarle que ya estaba de vuelta. Foxy le movió agitadamente el rabo en respuesta y después de un minuto se tumbó.
Giselle abrió la puerta trasera de la casa con la llave, siempre tenía la manía de entrar por allí para que su perro la viese.
Cuando entró en la cocina depositó la maleta en el suelo y se fijó que había dos Tupper vacíos en el fregadero. Pensó que cuando April le trajo la comida comió allí mismo en su casa. April se había encargado de vigilar su casa, dar de comer al perro y de regar sus plantas en la semana que ella había estado fuera en la exposición de pintura.
No tenía hambre, así que se fue directa a su dormitorio para dormir un rato. Abrió la puerta y un grito de pánico salió de su garganta.

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